Samuel Salas, oyente tucumano y lector de eldiariodecatamarca.com, que vive en Catamarca, se comunicó con la redacción para denunciar el trato recibido al solicitar asistencia para personas en situación de calle. –eldiariodecatamarca.com
Samuel Salas es oriundo de Tucumán, pero desde hace un tiempo reside en Catamarca. Vino con la esperanza de acercarse a sus hijos y encontrar oportunidades laborales. Hoy, se gana la vida con changas como ayudante de albañil y enfrenta una situación de calle. Frente al intenso frío de estos días, decidió comunicarse con el número habilitado por la Provincia para asistir a personas sin techo.
Sin embargo, la respuesta que recibió lo dejó desilusionado y expuso un problema que merece atención.
“Anoche mandé un mensaje a los números que sacó la provincia para comunicarse por el tema de asistencia a personas en situación de calle. Me parece lamentable lo que me respondieron, por eso quiero compartirlo”, explicó Salas en diálogo con el programa La Mañana en la Isla, de FM La Isla 107.9.
En los audios que recibió como respuesta desde el número oficial, y el cual reenvío para demostrar y validar lo sucedido se escucha, a una mujer indicándole que “Si tiene domicilio en otra provincia, no podemos asistirlo, porque solo es para personas de Catamarca. Igual, pásenme sus datos así se los paso al director para ver qué dice”.
Ante esto, Salas expresó que “Es triste este tipo de segmentación, porque una persona puede morirse de frío en la calle, y no se la asiste solo por no tener domicilio en la provincia”. Además, contó que durmió en el hospital para refugiarse del frío, ya que no cuenta con un techo, “Vine hace poco, buscando trabajo. Conseguí una changa como ayudante de albañil, pero no me alcanza para alquilar. Con suerte puedo cubrir la comida del día”, explicó.
También relató que, tras recibir los audios, alguien del área le preguntó dónde estaba para ir a buscarlo, lo que le generó desconfianza. “Cuando se dieron cuenta del error que habían cometido, quisieron revertir la situación. Pero nunca me dijeron quién me atendía, por más que lo pregunté varias veces”, denunció.
“Estoy esperando juntar un poco más de plata, con las changuitas para alquilar una piecita. Pero quería contar esto porque no es justo que, por no ser de la provincia, dejen a alguien a la deriva. En estos días tan fríos, un lugar donde refugiarse no debería negarse a nadie”, finalizó.
La historia de Samuel pone en evidencia una falla en los criterios de atención de emergencias sociales y plantea un interrogante necesario, ¿la asistencia ante situaciones límite debe depender del domicilio declarado o de la urgencia humana?