El padre Paco Olveira alentó a los manifestantes que salieron a las calles a repudiar el fallo de la Corte Suprema a no abandonar la lucha por los más débiles y desprotegidos de la sociedad.

Luego de que la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejara firme la condena a Cristina Kirchner a seis años de prisión e inhabilitación especial perpetua para ocupar cargos públicos, miles de militantes se lanzaron a las calles para denunciar lo que entienden es en realidad una proscripción política de la dos veces presidenta de la Nación y que iba a competir en las elecciones legislativas bonaerenses de septiembre próximo por la tercera sección electoral de la provincia de Buenos Aires.

Entre quienes salieron a la calle para hacer oír su respaldo a la ex mandataria estuvo el padre Paco Olveira.

Animado por los manifestantes, el padre Paco improvisó en la escalera exterior de un edificio una suerte de púlpito desde el cual brindó un breve mensaje.

"La proscriben y la quieren presa", advirtió desde allí y anticipó, sosteniéndose en el Salmo 22:26 del Antiguo Testamento que "comerán los pobres hasta saciarse y alabarán al Señor quienes lo buscan".

Y sentenció, en medio de una ruidosa ovación: "No pierdan nunca el ánimo, no van a proscribir nuestra esperanza, no van a proscribir nuestra lucha".

Represión al padre Paco Olveira

El padre Paco Olveira es un recurrente defensor de las causas de los más débiles. Por eso acompaña todos los miércoles el reclamo de los jubilados frente al Congreso de la Nación. Y como el resto de los manifestantes es una de las recurrentes víctimas de la feroz represión de las fuerzas de seguridad al mando de Patricia Bullrich.

Semanas atrás el padre Paco estaba rezando y fue violentamente reprimido por la policía. Además de pegarle, le tiraron gas pimienta en los ojos y tuvo que ser protegido por el periodista de C5N Nicolás Munafó, que dijo que el aire era "irrespirable" y que lo único que quiere "la policía es demostrar poder para que nadie se manifieste en el país".

"Es muy triste lo que está pasando, se están pasando porque te tiran en los ojos. Me duele el alma, porque la leche que nos tiran en la cara es la que le falta a nuestros pibes. La policía me da pena porque recibe órdenes, aunque algunos te reprimen con saña. Hay que buscar las formas, porque hacemos una misa y se nos van a cagar de risa", manifestó el párroco.