La central obrera debate su respuesta a la reforma laboral. Por ahora descarta medidas de fuerza, pero sectores duros presionan para activar un plan de acción.

La CGT convocará este jueves a su Consejo Directivo para fijar una postura pública de rechazo frente a la reforma laboral que el Gobierno pretende aprobar en las sesiones extraordinarias. Aunque la central obrera endurecerá su discurso, por ahora no habrá medidas de fuerza ni un plan de acción definido para el corto plazo.
la conducción apostará inicialmente a “acciones institucionales” antes que a protestas directas. La señal más reciente fue la visita de los triunviros al Congreso este miércoles.
Sin embargo, dentro de la CGT reconocen que el debate interno estará cargado de tensión. “Va a haber rosca de palacio, pero también va a haber calle”, anticipó una fuente, dejando abierta la posibilidad de que los sectores más duros impulsen finalmente alguna estrategia de presión. Mientras tanto, otros dirigentes hablan de mantener “silencio de radio”.
Cómo será el encuentro de la CGT
Los triunviros Jorge Sola, Cristian Jerónimo y Octavio Argüello encabezarán la reunión en la sede de Azopardo, a las 12, donde se buscará consensuar una posición común contra el proyecto oficial. La previa estuvo marcada por un encuentro este miércoles con senadores peronistas, quienes se comprometieron a bloquear cualquier intento del Gobierno por avanzar con la reforma laboral.
Esa reunión tuvo lugar en el despacho del jefe del interbloque del peronismo, José Mayans, y contó con la participación de Mariano Recalde, Alicia Kirchner, Jorge Capitanich y Martín Soria, además de las diputadas y dirigentes sindicales Vanesa Siley y Hugo Yasky. Allí, la nueva cúpula de la central, junto a Gerardo Martínez, de la UOCRA, acordó una estrategia conjunta con legisladores y gobernadores del PJ.
Tras el encuentro, Jerónimo reiteró que la CGT “no está negociando nada con el Gobierno” y que la propuesta difundida hasta ahora “es unilateral y por imposiciones”. El dirigente agregó que cualquier proceso de modernización laboral debe orientarse al ámbito de las convenciones colectivas.
El Gobierno decidió evitar un choque frontal con el sindicalismo y resolvió excluir de la reforma un punto que tensaba la relación: las restricciones a las cuotas solidarias en los convenios, uno de los ítems que había impulsado el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger.
“Es una reforma que busca generar empleo. Todo lo que no vaya en esa dirección quedará para discutirse más adelante”, sostuvo una fuente del Ejecutivo. Según confirmaron voceros oficiales, la versión final del proyecto no incluirá ese artículo, que había generado el malestar de la CGT y que llevó a la ausencia de Gerardo Martínez en la última reunión del Consejo de Mayo.
