El accidente ocurrió el miércoles por la noche en el Instituto Comercial de Rancagua. La menor fue trasladada al Hospital San José, donde evaluaban su traslado a un centro de mayor complejidad.
Lo que debía ser un momento de aprendizaje y diversión en el Instituto Comercial de Rancagua terminó en una verdadera pesadilla. Una explosión durante una feria de ciencias desató el pánico: más de una decena de personas resultaron heridas, la mayoría chicos, y una nena pelea por su vida tras recibir el impacto directo en la cara.
El accidente ocurrió el miércoles por la noche, cuando un grupo de alumnos y docentes realizaba un experimento que simulaba la erupción de un volcán. Todo parecía bajo control, pero en cuestión de segundos, la reacción química se desbordó y el artefacto explotó como si fuera una bomba.
El video que muestra el desastre y el drama de los heridos
La secuencia quedó registrada por los celulares de los testigos. En las imágenes se ve cómo, durante la demostración, el experimento detona violentamente y lanza fragmentos y esquirlas hacia el público. El estruendo fue tan fuerte que desató gritos, corridas y escenas de desesperación.
“Fue un estruendo tremendo, todos empezaron a gritar, había chicos con la cara ensangrentada y padres que no sabían qué hacer”, contó una madre al diario La Opinión.
La peor parte la sufrió una alumna que estaba en la primera fila: recibió el impacto en el rostro y sufrió heridas gravísimas. Durante la madrugada, los médicos del Hospital San José evaluaban su traslado a un centro de mayor complejidad por el riesgo de perder un ojo y el daño facial severo.
Más de diez heridos y una comunidad en shock
Ambulancias y personal de emergencia llegaron rápidamente al lugar y trasladaron a los heridos al Hospital San José. Entre las víctimas hay adultos, pero la mayoría son estudiantes que participaban de la feria. Los médicos atendieron cortes, quemaduras y contusiones de distinta gravedad.
La explosión dejó a toda la comunidad de Rancagua en estado de conmoción. Padres, alumnos y docentes no salen del asombro por lo ocurrido en una actividad que debía ser segura y educativa.