Se conmemora del 21 al 27 de agosto, con el fin de concientizar a la población sobre la importancia de conocer las maniobras iniciales adecuadas para tratarla y tomar cursos de reanimación cardiopulmonar (RCP).
La muerte súbita es una causa de muerte prematura que representa un problema primordial para el sistema de salud, ya que más del 70% de los casos se producen en el ámbito extrahospitalario (hogar, trabajo, campos deportivos u otros lugares públicos), transformando a la comunidad no médica en la primera encargada de atender un episodio de esta naturaleza, dada la escasa ventana temporal que dispone para aplicar maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) que reviertan el cuadro.
Asimismo, la Dra. Valeria El Haj, directora médica nacional de Ospedyc habló sobre los casos y mencionó: “Una muerte es súbita cuando no es provocada por un accidente, es inesperada y desde que comienza el cuadro, hasta que se desencadena, transcurre alrededor de una hora. Por esto, se dice que es natural, inesperada y rápida”.
Los estudios reportan una incidencia variable de este tipo de episodios que oscilan entre 20 y 140 casos por 100.000 habitantes. Teniendo en cuenta estas consideraciones analizadas por los médicos, se espera aproximadamente un caso de muerte súbita cada 1000 habitantes.
Por este motivo, resulta razonable establecer la obligatoriedad de contar con, al menos, un cardiodesfibrilador automático externo (DEA) en lugares públicos y privados de acceso público, con concentración o circulación diaria superior a 1000 personas al día.
La Dra. El Haj aseguró: “La desfibrilación dentro de los primeros 3 a 5 minutos del colapso puede producir tasas de supervivencia muy altas, de entre el 50 y 70%, y acercarse al 100% en el grupo de niños”.
Además, agregó: “Cada minuto que se demora la RCP, reduce las probabilidades de supervivencia en un 10%, pero si se aplica RCP en forma rápida, las probabilidades de supervivencia del afectado se duplican o triplican”.