Fieles de toda la diócesis se reunieron en la Catedral este domingo, para celebrar la clausura de un año dedicado a la oración, el perdón y la fortaleza de la familia cristiana, reafirmando su compromiso con la esperanza y el amor de Dios en la vida cotidiana. –eldiariodecatamarca.com

En la mañana de este domingo 28 de diciembre, Fiesta de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, la Iglesia Diocesana de Catamarca celebró la clausura del Año Jubilar 2025, convocado por el Papa Francisco bajo el lema “Peregrinos de esperanza”. La Santa Misa fue presidida por el obispo Mons. Luis Urbanč y concelebrada por sacerdotes de toda la diócesis.

La ceremonia, que reunió a numerosos fieles laicos y religiosas, incluyó la tradicional procesión de la Cruz y el paso de los peregrinos por la Puerta Santa, símbolo central del Año Jubilar y vía para recibir la indulgencia plenaria. Durante la homilía, el Obispo reflexionó sobre la importancia de la conversión personal y comunitaria, el perdón, la solidaridad y la fe como camino de esperanza frente a las dificultades de la vida moderna.

Mons. Urbanč destacó el papel de la familia cristiana como “Iglesia doméstica” y “escuela de virtudes sociales”, subrayando la oración, el perdón y la hospitalidad como pilares para fortalecer el hogar. “La familia no es perfecta; es un grupo de personas imperfectas que confían en un Dios perfecto, cuya misión es hacer visible el amor invisible de Dios”, afirmó.

La celebración finalizó con la bendición solemne a los presentes y un gesto de caridad, los alimentos donados por los fieles serán destinados a la Comunidad Cenáculo, que trabaja con jóvenes en recuperación de adicciones. Posteriormente, se compartió un desayuno comunitario en el Paseo de la Fe, en un clima de confraternidad y alegría.

Con esta celebración, la Diócesis de Catamarca despide un Año Jubilar que invitó a la comunidad a vivir la fe, la esperanza y el amor familiar como guía en la vida cotidiana, y prepara el camino hacia el próximo Jubileo por el bicentenario del nacimiento del beato Mamerto Esquiú.