Javier Milei afirma que una vez que se llegue a la retracción económica máxima, la recuperación será rápida. Las razones por las que un estudio económico referente en el país niega estas proyecciones.

Estanflación, inflación alta, recesión económica y los primeros vestigios del desempleo. Un combo explosivo que el presidente Javier Milei vaticinó, pero aún no logra desactivar. Pese a que la inflación se desacelera -los aumentos son más lentos, mes a mes-, y el Gobierno libertario recibe elogios de referentes internacionales, lo cierto es que el argentino de a pie no logra levantar cabeza y crece el malestar social.

En este marco, se conoció el último informe de Fundación Capital, que es poco alentador. Advierten que "Argentina se encuentra actualmente transitando el peor momento de la crisis económica, con un PBI per cápita que se habría ubicado en el menor nivel para un primer trimestre desde el año 2005".

En esta línea, observaron que se está llegando al tope de la caída en la actividad económica. Y no son optimistas para el corto plazo, incluso, desmienten la versión oficialista de que la recuperación será en "V". Para graficar, Milei sostiene que una vez que se llegue a la retracción económica máxima, la recuperación será rápida. La entidad difiere en este punto y señala que hay una serie de factores que no están dados, y por lo que, recién en 2025 se podría llegar a niveles de 2023.

"Hacia delante, los motores de la actividad económica aún no se vislumbran. El crecimiento se conforma de tres vectores, el consumo (que representa en torno al 70% del producto), la inversión (20%) y las exportaciones (20% adicional, la suma excede el 100% porque las importaciones restan). Actualmente, el único driver que está operando es el último (+13,6% interanual estimado 2024), mayormente traccionado por la recuperación frente a la sequía, mientras que los primeros dos se contraerían significativamente en 2024 (-6,2% i.a. y - 13,9% i.a., respectivamente)".

Tres pilares de la recuperación

Desde la organización indicaron que "un verdadero crecimiento sostenido requiere de la recuperación del consumo, con una baja de la inflación que permita una recomposición real de los salarios. Vale mencionar que, si bien el registro de marzo nuevamente ha mostrado una baja mensual (11% vs 13,2% en febrero y 20,6% en enero), todavía se ubica en los dos dígitos, y los próximos meses contarán con importantes subas de regulados que le pondrán un piso de cinco puntos por mes".

Por otra parte, para apuntalar la inversión es necesaria la sustentabilidad sociopolítica hacia delante, así como la liberación de restricciones cambiarias que permitan generar un horizonte más despejado. Milei necesita mostrar gobernabilidad para que el dinero de extranjeros llegue.

A su vez, para que el sector externo continúe en la senda positiva, es preciso que se consolide la competitividad en Argentina en su sentido más amplio, que involucra también una baja de la presión tributaria y una mayor productividad. "De este modo, nuestro escenario base contempla que ya estemos tocando un piso de caída en la actividad, contrayéndose un 3,1% este año (-4,3% excluyendo el agro) y recuperando el terreno perdido recién en 2025. Hacia delante, será clave monitorear la capacidad de aprobación de leyes claves en el Congreso, alcanzar registros de inflación mensual de un solo dígito en el corto plazo, poder continuar con los avances en materia de liberación cambiaria y lograr un nuevo acuerdo con el FMI", se especifica en el documento.

Panorama actual

Con ingresos reales similares al 2003/2004 y una revisión de tarifas de servicios públicos que limita el poder adquisitivo de las familias, los sectores vinculados al consumo difícilmente presenten una rápida reactivación. Asimismo, la falta de un horizonte despejado para la inversión también limitará la dinámica de rubros como la construcción o la producción de bienes de capital.

La actividad económica muestra una evolución negativa desde noviembre del año pasado, dinámica que se acentuó luego del cambio de administración, tras una importante corrección de precios relativos, sumado a un apretón monetario y fiscal de magnitud.

"De hecho, los últimos números oficiales de la actividad económica exhibieron una baja del 4,4% interanual en promedio entre diciembre y enero (-4,9% i.a. sin agricultura), aun sin el impacto pleno de la recesión. Esto es una caída de magnitud similar a la verificada luego del salto cambiario de agosto de 2018 (-5,1% i.a. promedio entre septiembre y octubre de 2018 y -7,3% i.a. entre noviembre y diciembre del mismo año). En este sentido, los primeros registros sectoriales de marzo muestran una profundización de la contracción económica", concluye el análisis de Fundación Capital.