Los investigadores procuraban determinar si quien cometió el crimen conocía a la víctima ya que no se detectaron signos de violencia en el ingreso al domicilio, aunque sí se estableció la falta de la llave de la puerta principal del edificio.

Fuentes policiales informaron a Télam que el hecho fue descubierto la noche del martes, entre las 20 y las 20.30, en el departamento 3ro. "D" de un inmueble situado en avenida San Pedrito 256, entre Bonifacio y Alberdi, de Flores.

Allí residía la víctima, identificada por la Policía como Emilia Beatriz Acosta (20), de nacionalidad paraguaya, quien convivía desde hacía un año y medio con Frank Mamani, un albañil boliviano, que fue justamente el que halló el cadáver cuando llegó de trabajar.

Según las fuentes, Mamani llamó al número de emergencias 911, por lo que efectivos de la comisaría 38va. de la Policía Federal y personal del Servicio de Atención Médica de Emergencias (SAME) se trasladaron hasta el lugar.

El médico que arribó en la ambulancia constató la muerte de Acosta, la cual se había producido por asfixia unas horas antes del hallazgo del cuerpo.

La pareja de la víctima contó luego a los policías que ingresó con su auto al estacionamiento del edificio, subió a su departamento, abrió la puerta normalmente y, al ingresar, encontró a Acosta muerta en el suelo de la habitación, completamente vestida, con las manos atadas hacia adelante con un cable de cargador de celular, una chalina en el cuello y golpes en el rostro.

De acuerdo a los voceros consultados, Mamani contó que ese día a las 9 se retiró del departamento rumbo a su trabajo, mientras que Acosta se quedó descansando y que alrededor de las 15.30 intercambió unos mensajes de texto con ella y que todo estaba normal.

El albañil también aseguró que en el departamento faltaban unos 2.000 pesos y dos teléfonos celulares, dijeron los informantes.

Mamani señaló, además, que tampoco halló la llave de la puerta principal de acceso al edificio, que los pesquisas presumen que se la llevó quien cometió el asesinato para poder escapar, agregaron los voceros.

A pesar de los faltantes detectados en el departamento, las fuentes policiales dijeron que no tienen certeza de que se haya tratado de un homicidio en ocasión de robo.

En ese sentido, los peritos no advirtieron signos de violencia en la escena del crimen, de lucha ni de defensa por parte de la víctima, al tiempo que la puerta blindada de entrada al departamento estaba intacta, explicó a Télam un jefe policial que participa de la pesquisa.

Por su parte, una vecina que reside en el piso 11ro. contó esta mañana a la prensa que ella no escuchó "nada raro" y agregó que el edificio cuenta con cámaras de seguridad.

Por ello, los pesquisas analizaban esta tarde las imágenes captadas por esas cámaras, en especial, las del hall de entrada al edificio y que registran el ingreso y salida de los vecinos.

"Las cámaras graban todo el tiempo", precisó el portero del edificio que dijo que se enteró de lo ocurrido a través de una vecina.

El encargado aclaró que él "no veía nunca" a la víctima, excepto por las mañanas cuando cruzaban "un hola y chau".

En tanto, hoy se difundieron por canales de noticias las imágenes de cámaras de seguridad de un supermercado del barrio en el que aparentemente quedó registrada la víctima cuando el martes alrededor de las 17.30 realizaba unas compras en el local, aunque ninguna de las fuentes consultadas confirmó que se trate de ella.

El hecho es investigado por efectivos de la División Homicidios de la Policía Federal y el fiscal en lo Criminal de Instrucción porteño 29, Julio Herrera, al tiempo que el levantamiento de rastros estuvo a cargo del personal de la Unidad Criminalística Móvil de dicha fuerza.

Los peritos policiales secuestraron el cable del cargador de celular y la chalina para analizarlos en en busca de huellas del asesino.