De la mano de los despidos en el Estado, la construcción y la industria manufacturera, la desocupación puede escalar varios puntos este año.

Como bien se encarga en repetir el nuevo gobierno de Javier Milei, la crisis económica actual no comenzó en los últimos meses, sino que viene desde hace varios años incubándose al compás de la inflación, indicador que se convirtió en la principal preocupación de los argentinos recurrentemente. Pero, hay un tema que no estaba en la agenda y que amenaza con volver con fuerza: el desempleo.

La recesión, inevitable según el gobierno para corregir la macroeconomía, y la racionalización del Estado ponen nuevamente en el tapete la problemática de la desocupación. Durante su último tramo de gobierno, Alberto Fernández no logró mejorar el nivel salarial y mantuvo elevados niveles de informalidad, pero logró sostener el desempleo en un nivel históricamente bajo, menor al 6% en los últimos meses.

Según una encuesta de Proyección, en las últimas semanas las principales preocupaciones de los argentinos ya pasan por los bajos ingresos, con un 40% de opiniones y el desempleo que creció del 10 al 20%. 

Según el Indec, para el mes de diciembre había en la Argentina un 5,7% de desocupados, lo que equivaldría a 0,8 millones de personas en los 31 aglomerados urbanos que toma la muestra y a 1,25 millones si se hace una proyección lineal tomando la totalidad del territorio. Esto implica que cada punto de desocupación equivale a alrededor de 220.000 personas.

Son varios los sectores que en estos últimos cuatro meses se desprendieron de personal. En primer lugar hay que ubicar al Estado Nacional, que cesó el contrato de alrededor de 15.000 trabajadores en el mes de marzo, aunque en los meses anteriores ya había eliminado organismos y dado de baja a funcionarios estatales. La promesa de Milei, no obstante, es eliminar en principio 75.000 empleos estatales en el corto plazo.

El otro sector fuertemente afectado por la política oficial es el de la construcción. El anuncio de la parálisis de la obra pública, más la crisis económica, redundaron en la pérdida de alrededor de 100.000 empleos en los últimos meses, y que otros 200.000 estén en riesgo, según cifras que publicó Ieric (Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción).

Aunque en el resto de los sectores no hay estadísticas disponibles, son numerosas los rubros que verifican derrumbres en su nivel de actividad y que redundarán en una caída general del empleo. Por lo pronto, se conocieron en diferentes localidades del país, despidos en casi todos los rubros industriales. Desde el sindicato textil (AOT), por ejemplo, apuntaron que alrededor de 1.500 trabajadores se quedaron en la calle en las últimas semanas.

Desde las principales consultoras económicas y desde el mismo FMI, reconocen que el desempleo aumentará en la Argentina, y todos hablan de valores para los próximos meses de entre el 7% y el 8%.

Aunque el economista Mariano Fernández, docente de la Universidad del CEMA, vaticinó en las últimas horas en declaraciones a Radio Perfil que no sería raro que el desempleo llegue rápidamente a los dos dígitos, tal como sucedió durante el periodo de transición de los gobierno de Mauricio Macri y Alberto Fernández, cuando llegó a 10,1%,

No obstante, la mayor parte de los analistas esperan un aumento del desempleo con una velocidad menor. Desde Ghidini-Rodil hablan de un desempleo de entre el 7 y 8%. En declaraciones a Letra P, Matías Guidini señaló que “la demanda laboral se sostiene solamente en algunos pocos sectores como la agroindustria, la minería, economía del conocimiento, energía petróleo”.

En el último informe del FMI sobre la evolución de la economía se marca que la Argentina se dirige hacia una caída del PBI del 2,8%, con un desempleo que llegará al 8% para finales de 2024.