Afirman que este comportamiento podría proceder de un antepasado común de los humanos y los grandes simios.

“Nos parecemos más de lo que nos diferenciamos”, dice la bióloga Isabella Laumer, luego del descubrimiento que se produjo en un parque natural de Indonesia.

Ahí vive Rakus, un orangután de Sumatra que se aplicó una pasta de plantas para curarse una gran herida que tenía en la mejilla.

Según los científicos, es la primera vez que se tiene constancia de que un animal salvaje se curara una herida con una planta medicinal.

Gracias a la aplicación, aseguran, la herida se cerró y curó en un mes.

Afirman que este comportamiento podría proceder de un antepasado común de los humanos y los grandes simios.

"Son nuestros parientes más cercanos y esto apunta de nuevo a las similitudes que compartimos con ellos", dice Laumer, del Instituto Max Planck de Alemania y autora principal de la investigación.