Casi 1.000 millones de personas irán a las urnas hasta el 1 de junio. Los mercados quieren la re-reelección de Narenda Modi.

El viernes 19 de abril empezaron las elecciones generales en India, que se extenderán hasta el 1 de junio y tres días después se conocerán los resultados. Casi 1.000 millones de personas irán a las urnas, el 10% de la población mundial, y tendrán que elegir entre miles de candidatos y cientos de partidos.

Las encuestas dan como favorito al actual primer ministro, Narenda Modi, del partido hinduista nacionalista Bharatiya Janata Party (BJP), que ganaría por tercera vez consecutiva. Modi es la opción favorita del mercado dada la performance económica y bursátil de los últimos años (India es, por ejemplo, el tercer país con más ricos del mundo). Ahora es India la que crece a tasas chinas de más del 8% anual.

Por eso, India es para muchos bancos y gestoras internacionales un lugar en el que interesa invertir. Narenda Modi viene apostando a la digitalización de la economía, conocida como IndiaStack (el proyecto para crear una plataforma de software unificada para llevar a la población de India a la era digital) convirtiendo al país en un lugar más accesible y fácil para hacer negocios.

Pero el atractivo de India además de ser el país más poblado del mundo es contar con una economía bien diversificada que, a diferencia de muchos otros países emergentes, no depende de la exportación de materias primas sino que sus ventas externas se concentran en áreas de mayor valor agregado como los servicios informáticos y los productos farmacéuticos.

También ponderan sus instituciones y su gobernanza que las consideran superiores a las de la mayoría de los países emergentes, con un Estado de Derecho, un poder judicial independiente y un Gobierno elegido democráticamente. Además tiene bajos niveles de deuda en comparación con muchos otros emergentes: la deuda total del sector privado de India es inferior al 88% del PIB frente al 195% de China.

Todo esto posiciona a Modi como el artífice de este desarrollo y el favorito para el mercado. Además, el conflicto entre Estados Unidos y China la coloca en una atractiva posición para las empresas globales como Apple y Tesla que hacen fila para desembarcar en el país.

Pero el desafío para el próximo gobierno será consolidar la posición india en las carteras de los inversores en activos emergentes como lo fue China durante las últimas dos décadas. Ya desde hace tiempo, inversores de la talla de BlackRock, Barclays, Morgan Stanley, UBP y otros grandes de Wall Street y Londres, vienen refiriéndose a India como el nuevo motor de inversión por su alto crecimiento y una demografía favorable (edad promedio 29 años), lo que induce a aumentar la exposición al país, sopesando los riesgos, claro.

En el último ránking mundial de multimillonarios de Forbes, India es el tercer país con más de 200, un número récord que la sitúa solo por detrás de Estados Unidos con 813 multimillonarios y China con 473 multimillonarios.

Los expertos creen que las mejores oportunidades en el mercado indio se hallan en empresas expuestas al crecimiento interno, sobre todo en sectores como la salud, donde es posible que el gasto crezca más que el PIB. También los bancos se beneficiarán del crecimiento sostenido, las empresas de materiales de construcción e industriales, de bienes raíces e inversión manufacturera.

El tema de la digitalización de la economía india merece un párrafo aparte y bien podría ser tenida en cuenta por las autoridades argentinas. Para el gobierno indio ha sido una parte fundamental de su pensamiento estratégico, que entiende a la infraestructura digital pública como un servicio público con enormes implicancias para la población y la economía.

Se estima que más del 40% de la economía india es informal por lo que la digitalización tiene el potencial de incorporar a muchas de estas personas a los sistemas formales, como el financiero. Hubo también reformas financieras que acompañan esta revolución digital. Esto, en parte, también explica el boom de la inversión minorista, con una quintuplicación de los participantes en el mercado bursátil, que pasaron de 62 millones a unos 300 millones, según datos de Columbia Threadneedle.

El Gobierno argentino debería aprender algo del caso indio, al que consideran que se encuentra en un ciclo de crecimiento estructural apoyado por políticas y reformas que facilitan los negocios.

Los estrategas de Columbia Threadneedle opinan que India con una población joven y numerosa, más el enfoque en la digitalización de la economía, y la inversión en infraestructura y manufactura, podrían desbloquear su potencial económico.